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miércoles, 25 de julio de 2012

"Ondo pasa!!!"


Kaixo guztioi!!!

Sin más intención que despedirme y desconectar durante un tiempito, ahí os dejo con un trocito de vibrante primavera. Un sorbete de verde para intentar alegrar y refrescar el alma… ;º)


K10d, 20mm. f2.8 a f8, 2”, ISO100, polarizador y degradado neutro, tres fotos verticales unidas manualmente.

 
Que paséis buenas vacatas. Nos vemos a la vuelta.

Agur bero bat!!

jueves, 12 de julio de 2012

"Una pizca de sal"


Kaixo guztioi!!!

Para variar un poco y aderezar tanto verde, esta vez os invito a pegaros un viaje por nuestra preciosa costa.

Cada cierto tiempo retumba de forma poderosa una llamada primitiva en nuestra mente. Y recordándonos nuestro pasado más lejano, nos empuja a acercarnos a la costa a oler el salitre de nuevo.
Quizás no os pase a vosotros, pero unos cuantos años pescando por encima y por debajo de las aguas del cantábrico a mi me dejaron una cicatriz que de vez en cuando escuece…y trae recuerdos.

Nuestra costa es hermosa como la que más. El que no se haya dado cuenta de ello es simplemente porque no la conoce. Pero sus enfados son de la misma magnitud que su belleza. A veces son pequeños cabreos y otras son broncas monumentales. Los pequeños cabreos suelen traer sustos más o menos serios a quien los sufre. Las broncas monumentales…mejor verlas desde tierra firme.
Aunque eso ya es otra historia, que dejamos para otro día. Hoy vamos a estar tranquilos.

Como decía, la llamada se hace insoportable a veces y no hay más remedio que hacerle caso. A ver si consigo que una que yo me sé entienda esto de las llamadas… ;º)
Ahora que las salidas son un poco más selectivas, si cabe, intento elegir un poco mejor el día. Aunque, al final, casi siempre acabe yendo cuando puedo.

En fin. La cosa es que allí me planté, en la calita de Meñakoz, con ganas de estirar y mojar las piernas un poco.
Unos preciosos nubarrones surcaban en el cielo mientras una franja limpia de nubes se mantenía en el horizonte. Justo al revés de lo que suele pasar, que ni pintado vamos. La mar un poco más movida que de costumbre animaba a ser cauto. Personalmente prefiero que esté un poco peleona. A la hora de hacer fotos suele dar bastante más juego que cuando está como un plato.
No me podía quejar, desde luego.

Tenía una foto en la cabeza y el hecho de que de vez en cuando entraran series de olas un poco más grandes me lo iba a poner difícil. Estuve buscando y rebuscando algo que me llamara la atención para tener un plan B pero no estaba muy inspirado (últimamente es algo habitual) así que tocó esperar bastante para que la marea me dejase llegar hasta donde quería.
Estas fotos a la carrera tienen algo especial. Quizás porque para el que las hace tienen algo más de efímero, de momento único. Ese juego de malabares con el trípode (esa pata que siempre se traba), la cámara (que siempre está a punto de caerse…llegará el fatídico día…), disparador (queda comprobado que son sumergibles), los filtros…(que no he cogido el de dos pasos, vuelta para atrás), las rocas que resbalan lo suyo y más… Aaayy…que bonito es esto de la fotografía!!! ;º)

Pero por fin estás sobre TU roca. Y llegan esos cortos minutos de gloria. El sol cae a plomo, como si tuviera prisa por marchar. Se deja ver y se vuelve a esconder entre las nubes más bajas. Sabes que va a volver a salir un poquito, justo abajo del todo, para soltar ese último rayo, el más colorido, el más suave. Y lo atrapas en tu caja negra.
Miras la pantallita y sabes que se va a quedar contigo. Lo guardas en la forma más bella que has sabido para poder compartirlo más tarde.


A la vuelta, la luz, el color y un pequeño bolo que destaca entre el resto invitan a sacar otra vez la cámara.
Los cálidos no volverán hasta mañana y las tonalidades azuladas cada vez se harán más patentes. Durante esta batalla colorística, el cielo muestra unas bonitas tonalidades rosáceas.

Intento “encerrar” el agua entre las rocas y a la vez sitúo el bolo en el mismo eje que el peñón para potenciar y asentar la posición de ambos.
Se me hace imposible “dominar” la luz en una única toma incluso con el inverso de tres pasos. Así que el revelado del RAW (negativo digital) se hace por duplicado. Un revelado más oscuro para el cielo y uno más luminoso para el resto. Posteriormente se funden manualmente.
No es algo que suela hacer pero hay ocasiones en las que resulta muy útil. La toma me gustaba como para intentar salvarla y de paso os lo explicaba. Además el resultado suele ser bastante más sutil y, a la postre, más natural que usando un filtro más potente.


Y hablando de postres, un par de imágenes para acabar. Esta vez con poquito texto, que siempre me enrollo.
Las dos tomadas el mismo día junto a San Juan de Gaztelugatxe, un lugar mágico donde los haya. Con el peñón de Aketx como fondo.


 
En esta última además con el faro de Matxitxako que pone el contrapunto cálido y humano a la escena.


 
AGUR!!!

PD: Si pincháis en las imágenes, algunas se ven más grandes.