Kaixo guztioi!!!
Cada vez que me acuerdo de
aquella noche me envuelve una sensación muy agradable. No es porque no me acuerde
del frío que pasé, (si los sabañones hablaran…) es porque la media noche que me
tiré en este otro mundo creí estar en sueños, completamente absorto.
Para situaros un poco. Febrero de
este año, ha llegado el frío del Siberia. Esto no es como el frío polar al que
estamos relativamente acostumbrados, no. Es un frío muy muy frío. Pero frío de
verdad. Del que congela hasta el tuétano, vamos.
Un botón. Sacada a la mañana, con día y medio de diferencia, a unos
1200m. y con una sensación térmica de unos -25ºC . Pude hacer fotos
durante algo más de 15 minutos, hasta que los dedos dijeron que ya no podían
moverse más.
Para los que estamos un poco
pirados esto es una bendición. Este tipo de paisajes tan raros y efímeros son
precisamente los que siempre hemos querido cazar. Por lo menos en mi caso.
Así que, os podéis imaginar que con
las previsiones prometiendo fresquito y cielos despejados y con una luna casi llena
en el cielo, una extraña idea empezara a tomar forma.
Aún sabiendo lo que me esperaba,
o seguramente por eso, me costó salir de casa esa noche. La pista de subida iba
a estar complicada para el coche y era lo que más me preocupaba.
Resultó que no estaba mal, estaba
de culo. Así que tocó dejar el coche bastante abajo y armarse de paciencia.
Bueno, tenía toda la noche por delante… ;º)
Me esperaba un paisaje de ensueño
pero lo que me encontré superó mi imaginación. Un mundo blanco y crujiente,
bajo la tímida luz de una luna que sólo asomaba de vez en cuando entre
demasiadas nubes.
Esa fue la única pega, las nubes.
Cuando parecía que podía despejarse algo, otra vez aparecían grandes y amenazantes. Y
durante casi toda la noche hubo que conformarse con ver la luna, en el mejor de
los casos, ligeramente velada por finas nubes.
En la imagen superior, buscando
transmitir esa sensación gélida usé un filtro anaranjado para el flash de tal
forma que permitiera luego “enfriar” la imagen en su conjunto, llevando a un
color más o menos neutro la zona iluminada por dicho flash y “azuleando” el
resto.
Si lo habéis entendido sin duda tenéis una mente prodigiosa… ;º)
En el siguiente caso se utilizó
para compensar la diferencia de luz entre el cielo y el suelo además de un
filtro degradado de tres pasos, una cartulina negra. Ésta se mueve durante la
exposición a modo de degradado para que no se noten los bordes.
Las nubes que tapaban y enseñaban
la luna, el largo tiempo de exposición y probablemente yo mismo con la
cartulina (aunque creo que lo tuve en cuenta) hicieron que se viera esta
luna-patata.
La única luz que hay es la que
aporta ella.
De repente, durante un par de
minutos la luna aparece limpia y brillante delante de mí y proyecta unas
sombras bien definidas. Carreras, juramentos…y alguna foto.
El efecto “estrella-divina de la
muerte” no sé exactamente a qué se debe. En parte fue buscado (cerré el
diafragma a f10), parte por el filtro degradado y lente medio congelados y con
vaho y parte por estar la luna tan descentrada…digo yo.
El árbol ha sido iluminado con un flash desde bastante lejos y desde la derecha. Buscando que la iluminación
además de detalle aporte algo de volumen.
Tras casi cuatro horas gozando
entre crujidos y mundos de Narnia y con los dedos de pies y manos empezando a
pedir clemencia se decide que ya es suficiente.
Pero no sin antes sacar un
recuerdo de este ser criogenizado al que se le ha echado el ojo en la subida.
Quizás en las otras fotos no se
aprecia la tremenda helada. Ésta me parece más explícita. Me da la sensación de
que con un golpe el haya puede partirse como el cristal…
Creo que fotográficamente podía
haber sido mejor. Anímicamente, mentalmente, espiritualmente…como se quiera
llamar-mente…BRUTAL.
Para recordar…y contar.
AGUR!!!