Con ésta me las voy a dar de
listo…otra vez. ;º)
No es la primera vez que me pasa
y estoy seguro de que a más de uno de vosotros tampoco. Y es que resulta
imposible llevarse todo el equipo a todos los sitios.
Por eso cada uno, por lo menos en
mi caso, intentamos imaginar las condiciones que vamos a tener para, desde ahí,
poder plantearnos las necesidades de equipo.
A veces resulta sencillo. Otras
no tanto. Esto de la fotografía (menos mal) sigue teniendo ese punto (o
puntazo) de incertidumbre con lo que a veces nos encontramos. Y por supuesto no
siempre acertamos.
Así que a veces nos veremos como
auténticos pardillos por haber cargado durante horas con tanto peso creyendo que podíamos encontrar
no sé cuál y hacer no sé qué.
Otras nos acordaremos de Santa
Lucía y su bendita familia por no haberlo cogido…
Y entre tanto nos tocará salir
del paso como podamos. Y ahí quería llegar yo.
Como decía al principio no era la
primera vez (ni será la última) y ya van algunas gratas sorpresas a raíz de
estos “condicionantes forzosos”.
Podemos ver cómo la escena pasa
y se va disolviendo delante de nuestro equipo capado o podemos intentar sacar
partido de lo que tenemos. Y os aseguro que os podéis llegar a sorprender si
sois un poco tozudos y realmente tenéis ganas de atrapar lo que tenéis delante.
La última de hace pocos días, con
una preciosa luna nueva a punto de esconderse tras el horizonte. La vi desde la
habitación del hotel… lucía tan bonita que me apeteció acercarme a ella y
retratarla.
Con todo el equipo en la habitación
lo tenía fácil, en ésta no me pillaban. Ja. Según lo pensaba tuve la fugaz visión
del trípode en el maletero…nooorr!! Me habían pillado otra vez…
Pero uno es cabezota y la luna se
va. Monto el 400mm (el f5.6…algún día caerá un 500… sí ya) con el multiplicador
1,4X. Y tras un par de pruebas confirmo que no la voy a sacar estática. Estaba
claro pero había que probar.
Así que en un despliegue de
creatividad (léase con ironía) se me ocurre intentar hacerle algún barrido. Y
comienza el juego. Y ya no me importa tanto si la saco o no. Ya estoy metido en
el juego y con eso me vale. Y desde luego el jueguecito se las trae…
Unos cortos pero intensos minutos
después y cuando el tembleque de brazo ya no le aporta tanta gracia al barrido
decido parar. Alguna entre tantas me ha gustado. Y aquí os la muestro.
Moraleja: si no puedes con tu
enemigo…mándale un sobre. ;º)
AGUR!!